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POR QUÉ SE RASCAN LOS PERROS.
Por:
LAUREANO RODRIGUEZ BELTRAN. – DMV.
Doctor en Medicina Veterinaria - Universidad Nacional de Colombia.
Area de Especialidad – Medicina Interna - DERMATOLOGIA Canina y Felina
Socio Fundador y Miembro Pleno - “SLDV” - Sociedad Latinoamericana de Dermatología Veterinaria.
Miembro Activo – “ESVD” – Sociedad Europea de Dermatología Veterinaria.
Miembro Activo – “SBDV” – Sociedad Brasilera de Dermatología Veterinaria.
PRURITO:
Etimológicamente deriva del vocablo latino prurire, que significa picor
El prurito o picor se define como: “La nociva y desgaradable sensación cutánea que cuando es de suficiente intensidad provoca en el paciente el deseo y la necesidad de rascarse”. – S. Haffnerfer – hace más de tres siglos.
Sensación que se manifiesta con distintos grados de severidad y/o intensidad.
Se presenta en todo el tegumento o puede ser focalizado, y de acuerdo a su patrón de localización o generalización y a su intensidad, se le denomina: Epicrítico o Protopático.
El prurito generalmente es secundario a diversas dermatosis, a enfermedades sistémicas o puede ser fisiológico. Debe distinguirse entre el prurito fisiológico, que es normal, y el patológico, como fenómeno severo, persistente y por lo general lesionante.
Posee influencia de factores emocionales en su desencadenamiento, agravamiento, magnificación y/o persistencia. O sea, es también, un síntoma psicosomático debido a cuadros de ansiedad, depresión, alteraciones comportamentales, relacionadas con neuro-increto-inmuno-patologías.
Primordial es, entender y comprender la incomodidad, angustia, y malestar que ocasiona a los propietarios la tenencia de un animalito con picor en su piel, pues se maltrata, pierde el pelo y muchas veces huele mal, a causa del efecto injuriante del lamido, macerado, frotado, mordido o rascado (que llega a ser compulsivo – permanente, día y noche), que regularmente es más severo en las horas de descanso de la familia.
Además, sabedores del intenso disconfort que dicha condición causa al perro, hace inaplazable la obligación ética-moral del Médico Veterinario, de conocer a profundidad las causas generadoras del mencionado estímulo nocivo, desencadenantes del deseo irrefrenable de rascarse, para que, con máxima capacidad y todo su conocimiento pueda establecer un temprano y correcto diagnóstico, un responsable pronóstico y ofertar alternativas terapéuticas de manejo para proporcionar calidad de vida al animal de compañía y comodidad y bienestar a sus propietarios.
Experimentan con mucha más frecuencia de la que cualquier humano pueda imaginar, muy variadas y múltiples causas de PICOR, estos leales y nobles animales de compañía.
Muy importante es saber, que más de una causa puede ser concurrentes en el mismo paciente. Al menos 7 de cada 10 perros, padece en algún momento de su ciclo vital una alteración cutánea que como mínimo, en el 50% de los casos cursa con signo de picor (prurito), ya sea de carácter agudo o crónico, de causa genética o adquirida, pero que, cuando es correcta y tempranamente diagnosticada tendrá, sino curación, mínimo un control adecuado de la misma, proporcionando calidad de vida a sus propietarios (la familia) y al paciente mismo.
El picor o prurito es uno de los síntomas más frecuentes en Dermatología y como percepción sensitiva cutánea primaria y desagradable de intensidad variable: moderada o intensa, desencadena una respuesta motora, más o menos enérgica, que es el rascado.
El prurito como síntoma frecuente en Dermatopatologías, puede llegar a inducir un importante trastorno en la vida del animal de compañía y en la de la familia, en ocasiones mayor que el causado por el dolor, ya que es más difícil de controlar, y puede ser precoz síntoma de inicio de una enfermedad sistémica.
La necesidad de controlar el picor en la forma más adecuada y eficiente, es imperiosa, por tratarse de un signo clínico nocivo, deteriorante y generador de total malestar para el perro y para los humanos que con él conviven.
El Picor (PRURITO) es una sensación cutánea, que experimentan los perros, que es siempre desagradable, nociva y que dependiente de la intensidad del estímulo provocador, será interpretada por el cerebro, al cual llega, al ser captada por las astas sensorias dorsales, viajando a través de fibras C desmielinizadas y ascendiendo por la medula espinal - tracto espino-talámico ventro-lateral hasta la corteza sensorial. Una vez allí, la corteza cerebral la modulará; tolerándola, asimilándola o exacerbándola, para producir la respuesta motora, induciendo diferentes formas de mitigar ese estímulo sensorio. Es por ello, que los perros, dependiendo de la localización del estímulo causante del picor, responden: rascándose, mordiéndose, frotándose, macerándose o lamiendose. Todas las anteriores, son las 5 formas a las que recurren no solo los perros, sino también otras especies de mamíferos incluido el hombre para mitigar el prurito en su piel.
Debe distinguirse entre el prurito fisiológico, que es normal, y el patológico, un fenómeno generalmente severo, persistente y por lo regular pobremente comprendido.
Así, los médicos conocedores de las enfermedades dermatológicas en la especie canina, están en capacidad de identificar clínicamente, las posibles causas (etiologías) de las diferentes dermatopatías que ocasionan picor a sus pacientes.
Son una miríada las causas inductoras de picor cutáneo y de la consecuente necesidad de rascarse, las hay primarias y secundarias, de origen genético o adquirido, nutricional, parasitario (endo y ecto), Infeccioso de causa diversa (bacteriana, levadural, micótica), neoplásicas, inmunológicas y por hipersensibilidad o alergia.
Así la identificación de la causa o causas de prurito, será acuciosa labor médica que permita diferenciar las primarias de las secundarias, eliminando o evitando todos los agentes y noxas que induzcan sumatoria de estímulo pruritógeno, para disminuírlo, elevar el umbral y modularlo, minimizando la respuesta de rascado.
La estimulación de los terminales nerviosos cutáneos está mediada por una serie de sustancias como las: Proteasas, que se consideran uno de los mediadores más importantes del prurito. Estas enzimas son producto principalmente del metabolismo bacteriano, micótico, levadural. También se producen mediadores por degranulación mastocitaria, por células epidérmicas lesionadas, leucocitos, y además por estímulos plaquetarios y endoteliales en los capilares arterio-venosos terminales. Asimismo están involucrados otros mediadores tales como Endopeptidasas, leucopeptidasas, péptidos vasoactivos, encefalinas, citocinas, leucotrienos, prostaglandinas, serotonina e histamina.
El lamido persistente en las manos, zonas perianal y perineal, con frotado y maceración facial, que involucre área perilabial y mentoniana ocasionalmente, con verdadero rascado en base de las orejas, regiones cervical, escapular y ventro – axilar, conducirá al facultativo a incluir en su listado de posibles diagnósticos diferenciales, patologías causadas por hipersensibilidad o alergia, desordenes de la queratinización de origen primario y todas las alteraciones tegumentarias generadoras de picor (prurito) primario.
Los perros que se muerden con compulsión sobre el tercio distal en la región dorsal (radio-carpal) de los miembros anteriores, sobre la superficie flexora (región poplítea) en los miembros posteriores y el área lumbo-sacro-coccígea y que además, se lamen con intensidad la región inguinal, perivulvar, prepucial y la superficie medial de los miembros posteriores, deben ser tenidos en cuenta primariamente aunque no exclusivamente, como pacientes afectados por dermatitis alérgica a la picadura de pulga y por ende, hallar evidencia del diagnóstico. Recordando que, en medicina: “ausencia de la evidencia, no constituye evidencia de la ausencia”.
Debemos evocar y tener muy presente que en medicina, muy pocos signos clínicos constituyen manifestación característica (patognomónica), de una enfermedad o alteración orgánica, sí constituye casi una norma en nuestro país y en los países del trópico, que, cuatro de cada cinco perros afectados por dermatitis atópica, son a la vez perros alérgicos a la picadura de pulga.
La experticia dermatológica del autor, le permite asegurar que, muchos pacientes “Atópicos subclínicos, son gatillados por picadura de pulgas y por imbalance nutricional de causa diversa”. Lo anteriormente enunciado, posibilita concluir que el aporte adecuado de nutrientes y el control estratégico y permanente (conociendo el ciclo vital) de este molesto ectoparásito, siempre serán medidas terapéuticas positivas y benéficas para todos los perros que manifiestan picor cutáneo, pues cuando no desaparece totalmente su prurito, estarán eliminadas o controladas, dos de las principales causas asociadas de sinergia en la intensidad del picor, del trauma autoinflingido y además detonantes de la mayoría de las complicaciones dermatológicas secundarias que afectan a los perros.
Por todo lo anterior, es imperioso considerar integralmente las posibles causas generadoras de picor, para confirmarlas o descartarlas en forma secuencial y ordenada, a fin de poder dar un manejo óptimo al paciente pruriginoso, ya que dicho signo afecta cuando menos, al 50% de los pacientes con alteración tegumentaria.